Lo contrario al abandono: cuando el desarrollo comienza por el alma

Durante la grabación del Episodio 9: Juntos somos más fuertes, con Lorraine Gómez A. y Leidy Bolívar B., sobre el caso de éxito de CorpoAyapel, hubo una idea que se me quedó pegada: "trabajar con el ser".

No era una frase rimbombante ni planeada. Lorraine la soltó como quien cuenta algo que ha vivido tantas veces que ya no necesita explicarlo mucho. Pero ahí, en esas cuatro palabras, se condensa el que, para mí, es el núcleo de esta historia: para transformar una comunidad no se empieza por enseñar a sembrar yuca ni a reciclar PET, sino por algo mucho más sutil y decisivo. 

Se empieza por restaurar la noción de valor propio. 

¿De qué sirve montar una huerta, enseñar técnicas artesanales o construir un centro de acopio si quienes lo reciben no creen que merecen algo mejor? ¿Si se sienten condenados a lo mismo de siempre? ¿Si piensan que no tienen nada que ofrecer?

En El Cedro, una vereda de Ayapel golpeada por la minería informal, el abandono estatal y la precariedad crónica, un grupo de voluntarias entendió que antes de hablar de economía circular, había que hablar de dignidad. Había que sentarse con las personas, mirarlas a los ojos y recordarles —sin decirlo con palabras— su valor. Que su historia cuenta. Que pueden ser más de lo que el entorno les ha hecho creer.

Y creo que eso no es cuestión de discursos. Se logra con presencia. Con coherencia. Con constancia. Con actos pequeños y repetidos que siembran confianza donde antes había resignación. Así, poco a poco, los antiguos mineros empezaron a verse como artesanos. Las madres comunitarias como formadoras. Los residuos como recursos. Y la ciénaga, que durante años fue un vertedero, como un espacio importante, digno de cuidado. 

Después de conocer lo que han logrado, creo que lo verdaderamente revolucionario de Corpo Ayapel no es el trueque ni el reciclaje. Es haber creado un sistema donde el bienestar no va en una sola dirección. Donde no hay donantes y receptores, sino una comunidad que participa, que intercambia, que decide. Pero eso solo ha sido posible porque alguien se tomó el tiempo de trabajar con el ser.

Lo que ha logrado esta corporación tiene una gran relación con lo que propone Martin Seligman desde la psicología positiva: el bienestar no surge de evitar el sufrimiento, sino de descubrir y potenciar las propias fortalezas. Eso es, en el fondo, lo que hizo CorpoAyapel: ayudar a una comunidad a descubrir su fuerza, que hasta entonces permanecía dormida. 

En estos tiempos en los que todo apremia, este episodio me recordó que el desarrollo sostenible — ese que de verdad transforma territorios y comunidades — es mucho más que una estrategia técnica o un plan detallado de intervención. Tiene que ser también una apuesta emocional. Una forma de decirle a la gente: 

"Estás aquí, importas, y lo que haces tiene valor". 

Eso, en el fondo, es lo contrario al abandono. Es lo opuesto a la limosna.

Y quizá también, lo más urgente de recuperar. 

🎧 Te invitamos a escuchar el episodio completo con Lorraine Gómez A. y Leidy Bolívar B.: