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ASG PODS - Conexión Sostenible

Episodio 02: Sistema B

  • Foto del escritor: ASG PODS
    ASG PODS
  • 21 nov 2024
  • 18 Min. de lectura

Actualizado: 11 abr

A continuación te compartimos la transcripción del Episodio 02 de ASG PODS sobre Sistema B, con nuestro invitado, Camilo Ramírez.


ASG PODS Episodio 02 Sistema B Liliana Carbone Juan Carlos Franco y Camilo Ramírez

Escúchalo en Spotify o en Youtube



Introducción

Hola, soy Liliana Carbone y junto a Juan Carlos Franco les damos la bienvenida a ASG PODS, el espacio donde la sostenibilidad se encuentra con la voz de la experiencia.


En esta serie de conversaciones nos sumergiremos en el fascinante mundo de los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el entorno empresarial.


En cada episodio de ASG PODS, tendremos la oportunidad de conversar con personas que han sido líderes y pioneras que han marcado la diferencia en la implementación de prácticas sostenibles.


Son historias reales, llenas de desafíos, aprendizajes y sobre todo de inspiración.


Conversaremos sobre cómo estas iniciativas no sólo transforman empresas, sino que generan un impacto positivo en nuestra sociedad y medio ambiente.


Les damos la bienvenida a ASGPODS.



  1. ¿Cómo pueden las empresas redefinir el concepto de éxito más allá de lo financiero?

Juan Carlos:


Hoy tenemos, Liliana, invitado a Camilo Ramírez. Camilo es economista de la Universidad de los Andes y tiene estudios de maestría en mercadeo y en desarrollo sostenible, además de una especialización en finanzas. Es una persona joven, pero es una persona que ha estado muy comprometida con el desarrollo sostenible, con la gestión responsable de las empresas y es el director para Colombia del Sistema B.


Camilo, bienvenido.


Camilo:


Muchas gracias a ustedes por la invitación.


Liliana:


Cuéntanos algo de ti y la vinculación con empresas B.


Camilo:


Bueno, pues, ¿dónde empieza uno? Egresado de economía tradicional que busca como… su camino en el sector financiero y en lo que en ese momento era considerado como una industria rentable, exitosa, que es también el mundo petrolero.


Era otro Camilo el que se graduó de economía. Pero fue lindo como ese proceso de ir viendo cómo funciona la economía en la vida real, cómo funciona el país en la vida real. Tuve la oportunidad de estar en distintos espacios de toma de decisiones donde el principal “driver” era hacer plata. No importa la sociedad, no importa el ambiente, plata. Y me conflictuó. Me conflictuó bastante porque pues nada, yo vivía en el campo, en La Calera, ahí, detrás del chocolatero; con mis perros y como que era transitar dos mundos muy lejanos.


Tenía vecinos campesinos donde el tema del medio ambiente es vital, donde el tema de tú cómo te relacionas con la sociedad, con tus vecinos es clave. Los vecinos lo son todo cuando uno está en el campo. Y entonces de 8 a 5 estaba en este mundo donde no importaba nada social o ambiental y en mis fines de semana y por la noche estaba en este otro mundo. Y dije, no, yo no puedo estar así. No es sostenible conmigo, con mi salud mental, con... no.


Entonces empecé a buscar y empiezo una búsqueda de propósito, y bueno, pero ¿qué puedo hacer? Yo... “Esto es para activistas”, “esto es para hippies”, pues, “y esa vaina no da plata”, que es un poco los esquemas que uno tiene. Y empecé con el tema de emprendimiento-impacto, conocí las empresas con impacto, el emprendimiento con impacto, empecé a investigar sobre eso.


Me regalé a ser voluntario en varias iniciativas, entendiendo un poco cómo funcionaba el tema, y me enamoré. Me enamoré y estaba en ese tránsito. Emprendí varias veces, no me fue tan bien, me quebré exitosamente. Y estaba en ese cuento y conocí Sistema B. Y necesitaba a alguien en Sistema B, estaba empezando en Colombia, y me entregué. El sueldo era... una décima de lo que ganaba en el sector petrolero, obviamente. Nadie conocía esto, una ONG. Mis papás me dijeron “pero este muchacho se enloqueció, pobrecito”. Pero ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en la vida. Y por eso estoy en este mundo. Y esa es otra vida desde hace unos casi diez años. Y feliz.


Juan Carlos:


Camilo, las empresas históricamente se han unido por intereses particulares. Los gremios nacen para responder a los intereses de sectores empresariales. Y de alguna manera comenzamos a ver con el paso del tiempo que los asuntos ambientales y los asuntos sociales evolucionan y dejan de ser un elemento de costo de gasto de las organizaciones para convertirse en elementos que son parte de la estrategia de las organizaciones.


El Sistema B nace porque es un llamado, una invitación a las empresas a que nos unamos por unos temas comunes. ¿Por qué una empresa decide formar parte del Sistema B y entrar a la comunidad de empresas B?


Camilo:


Juan Carlos, tú estabas mencionando que las empresas nacen con un propósito y los gremios tienen un propósito. Y si uno va a la edad media, donde nacen las empresas modernas, el propósito en ese momento era un propósito financiero. Y hay algo que se llama el encargo fiduciario.


Entonces imagínate, tú eres un mercader, una persona que quiere ir al otro lado del mundo a traer especias, a traer telas, lo que sea, pero no tienes capital. Entonces vas de estos banqueros en Venecia que te dicen, sí, claro, yo le doy la plata, pero usted se compromete a cumplir la misión y es comprar estas telas, estas especies, lo que sea. Y eso es el origen de la empresa moderna y es el encargo fiduciario. Los accionistas le encargan a la gerencia unos recursos para una misión que desde esa época es netamente financiera.


A medida que nuestra economía ha ido creciendo y hemos ido complejizando un poco las relaciones y el nivel de conciencia, vemos que ese sentido del éxito de solamente hacer plata, es insuficiente. Vemos cómo una empresa puede ser muy rentable destruyendo el planeta. O una empresa puede ser muy rentable teniendo a sus empleados en negro, como se dice en Argentina, y es sin prestaciones sociales. Entonces, la gente empieza a cuestionar y dice, oiga... pero ¿cómo así? ¿Qué es realmente el sentido del éxito?


Entonces, toda esta historia larga para contar cómo Sistema B promueve una ampliación de la responsabilidad fiduciaria y es que en una empresa no solamente el éxito sea hacer plata, sino también el impacto social y el impacto ambiental. Y eso es lo principal, fundamental que promueve el movimiento B.


Si logramos que las empresas entiendan el éxito más allá de lo financiero, estamos en un mundo distinto.


Resumiendo, sentido del éxito transformado, sistema ve como promoviendo este nuevo sentido del éxito y tenemos las empresas B, que son empresas que han transitado hacia esta forma de entender su relación con la sociedad y el planeta, que creemos y creemos todos es el futuro de los negocios. Esto no espera, mejor dicho. Niveles tan altos de desigualdad, de cambio climático requieren una acción conjunta, rápida y tiene que ser, entre otras, a través de las empresas.


Liliana:


De acuerdo, y digamos a título personal uniendo con lo primero que tú dijiste, de que eras una persona después de las 5 de la tarde y otra persona en este mundo empresarial, ¿qué te ha unido, digamos, ser parte ahora del sistema de empresas B?


Camilo:


Mi principal ganancia es dormir tranquilo, así de sencillo. Si uno está haciendo cosas que no lo dejan dormir tranquilo, hay que replantear. Yo me acuesto feliz, tranquilo, porque día a día estamos trabajando por la construcción de una nueva sociedad junto con las empresas B. Y ese dormir tranquilo viene de la coherencia entre tú poder decir algo, hacer algo y que vayan en la misma dirección.


  1. ¿Qué valor aporta el Sistema B a las empresas y su relación con los grupos de interés?

Juan Carlos:


Camilo, antes de que todos estos movimientos de sostenibilidad se fortalecieran, podríamos pensar que la relación de las empresas con sus grupos de interés era principalmente económica y buscábamos colaboradores en las organizaciones que estuvieran bien preparados y en procesos de selección muy complejos los vinculábamos a unos desafíos particulares y las relaciones con las comunidades cercanas eran relaciones más transaccionales de buscar poder desarrollar el objeto social de las empresas, bien fueran empresas extractivas o industrias transformadoras o netamente comercializadoras.


La relación con las fuentes de capital, con los bancos o con los accionistas era una relación de transacción netamente económica y hoy estamos viendo cómo los diferentes grupos de interés han evolucionado y los jóvenes talentos están buscando empresas con un sentido de compromiso con la sostenibilidad, de compromiso social y ambiental y no solamente económico. Estamos viendo como las fuentes de capital, como el sector financiero está destinando los recursos, cada vez generando más atención a los impactos ambientales y sociales derivados de esos proyectos donde se van a invertir esos recursos. Estamos viendo cómo los reguladores cada vez son más exigentes con las normas ambientales y sociales del comportamiento de las empresas. 


Una organización como el Sistema B, ¿qué valor le aporta a este relacionamiento de las empresas con sus grupos de interés? ¿Por qué el ser parte de un Sistema B le puede generar valor a ese relacionamiento de las organizaciones con sus grupos de interés?


Camilo:


Mira Juan Carlos, que acá tocas un tema que es muy importante y es el tema de riesgo. Si tú te das cuenta, cada empresa afronta muchos riesgos: sociales, financieros, de mercado, legislativos, y es un “camello” lidiar con todos esos riesgos. La sostenibilidad, si tú lo ves de una forma mucho más tradicional, es un mapeo de riesgos. Y si tú tienes mapeados tus riesgos, garantizas la sostenibilidad de tu empresa a lo largo del tiempo. Te doy ejemplos, riesgos sociales.


¿Qué pasa si la comunidad aledaña hace un bloqueo, un paro, y no deja ni entrar ni salir los camiones ni a mis colaboradores? Es un riesgo. ¿Cómo yo puedo mitigar ese riesgo? Teniendo una aproximación, no desde lo transaccional que mencionabas ahorita, sino una relación estratégica. ¿Cómo puedo yo relacionarme como comunidad, no solo para evitar el riesgo, sino también para crear un mejor entorno para ellos? Porque los dos nos beneficiamos.


En el Valle del Cauca, en el estallido social, lo vimos con las empresas B. Empresas que tenían una política de contratación local, de empleados locales, de buenos sueldos, el bloqueo no les dio tan duro, o incluso no tuvieron bloqueo, porque la gente siente como propias esas empresas. Y de hecho son propias. Una empresa, muy chévere, que empezó una iniciativa con las esposas de los trabajadores.


Mayoritariamente sus trabajadores eran hombres, empezó a trabajar con las esposas de forma tal que se organizaba una cooperativa que hacía los uniformes con los que ellos tenían que ir a trabajar. ¿Eso qué creó? Vínculos de largo plazo, porque ya era doble ingreso en la familia, por un lado, había un mejoramiento en la calidad, había también temas pedagógicos de maltrato familiar, etc. Entonces, a partir de pequeñas acciones generas un mejor entorno social que en últimas se traduce en una disminución del riesgo a tu operación.


Y si tú comparas cuánto te cuesta esa acción, digamos, 100 pesos, versus que te pare en tu producción, un día esa acción puede ser infinitamente menos costosa. Entonces, es un gana y gana. Si lo ves como riesgo, que aquí de un ejemplo concreto, es un gana y gana. Y también la sociedad gana por tenerte a ti como empresa. Entonces, todo esto es como para redondear la idea es cómo el análisis de riesgo está evolucionando a variables sociales y ambientales.


Y ese es el llamado a las nuevas gerencias. Si un gerente, una gerencia hoy, no tiene en cuenta riesgos sociales y ambientales, no va a cumplir su misión, su responsabilidad fiduciaria.


  1. ¿Por qué es importante que las empresas actúen como empresas B, incluso si no están certificadas?

Liliana:


Entonces, digamos, la pregunta que puede surgir para la audiencia es ¿Qué diferencia hay entre una empresa B y otra empresa que tenga en sus políticas, un trato adecuado con las personas, conciencia ambiental, digamos, un engranaje con las comunidades... qué puede dar, causar una, digamos, una selección más hacia ser empresa B que hacer otro tipo de empresa con esta coherencia que te dije?


Camilo:


Pues Liliana, las empresas B tienen los más altos en estándares en temas sociales y ambientales. Es difícil ser empresa B. Es difícil, sobre todo en Latinoamérica, donde el nivel de informalidad es alto, donde las empresas, el 95 % son empresas pequeñas que generan uno o dos empleos.


Entonces, ¿qué promovemos nosotros? es que cada día más las empresas actúen como empresas B.


¿Y qué significa actuar como empresa B? Lo acabas de decir. Tener mejores prácticas sociales y ambientales, medir y comparar su impacto social y ambiental, preferiblemente dejar en sus estatutos dos ideas: la protección de la misión y la ampliación de la responsabilidad fiduciaria.


Bienvenidas las que quieran ser B, pero como les digo, es un proceso largo, costoso, que no es para todos. Pero no por eso queremos que se queden por fuera el resto de empresas, que son el 99 % de la economía. Entonces, si la invitación es más actuar como empresa B, y si ya quieren pertenecer a una plataforma de liderazgo, de promover el cambio, de ser reconocidas a nivel global, por esto, bienvenidos a ser Empresa B.


  1. ¿Qué papel juegan las leyes y regulaciones en la transformación empresarial hacia la sostenibilidad?

Juan Carlos:


Creo, Camilo, que en un mundo ideal, todas las empresas deberían estar en capacidad de mostrar altos estándares en su gestión ambiental, en su gestión social y en sus mecanismos de gobernanza. Sin embargo, esa no es la realidad. Hay unas empresas que están más avanzadas que otras en esos objetivos de lograr esos altos estándares de gestión.


Los gobiernos han venido promoviendo iniciativas voluntarias y en algunos casos obligatorias para convocar una serie de estándares o una serie de comportamientos, promover comportamientos en la gestión ambiental, social y de gobernanza en las empresas en Colombia. En el año 2018, el Senado de la República sancionó la ley de las empresas BIC, de las Sociedades de Beneficio e Interés Colectivo.


Yo sé que el Sistema B tuvo mucho que ver con la génesis de este proceso y con la convocatoria al Gobierno Nacional para hacer un llamado a que las empresas actuaran con más responsabilidad.


¿Cómo ves hoy la función del marco regulatorio de las sociedades de beneficio de interés colectivo que aún continúa siendo voluntario y crees que ese marco hacia futuro va a evolucionar generando estándares cada vez más exigentes a cualquier empresa que opere en Colombia?


Camilo:


La respuesta es sí. Y acá hay dos frentes.

El primero, la figura de las sociedades BIC responde a esto que hablamos ahorita y es más empresas actuando como empresas B, no necesariamente siendo B. Y un poco ese es el sentido de esta ley, porque entendemos la realidad del país. 


Ahora, hay un segundo hecho y es cómo las leyes pueden o no pueden cambiar realidades. Que eso fue una discusión jurídica interesantísima que nos dimos en ese momento con la ley BIC y es cómo podemos cambiar realmente la sociedad.

Había dos posiciones: La primera, creamos una ley que cambie la realidad. La segunda posición era, no. Las leyes deben responder a la realidad de la sociedad. Y en ese debate estuvimos dos años. Al final, primó el tema de la “ley ayuda a transformar la realidad” y es lo que ha pasado.


Hoy tenemos casi tres mil empresas que han adoptado esta figura, que están actuando como una empresa B, sin serlo, son las BIC, que son chiquiticas, que están dando sus primeros pasos en sostenibilidad y creo que ha valido la pena. Y Colombia hoy es pionero en este tema, es líder en Latinoamérica y funciona. Entonces, como que la ley ayuda a cambiar realidad.


Hay una cosa clave y es cómo las leyes al mismo tiempo cada vez se hacen más complejas en temas de sostenibilidad y más exigentes para las empresas. Ejemplo: Europa. A partir de este año, los informes de sostenibilidad de las empresas en Europa tienen que tener temas de doble materialidad. Y esto qué es, deben medir su impacto social y ambiental y al mismo tiempo cómo sus finanzas están relacionadas con ese impacto. El “CAPEX”, el “OPEX”, un poco para disminuir el “greenwash”.


Entonces, si uno mira hacia dónde está yendo el mundo, vamos hacia allá.

Colombia está empezando, ya viene el capítulo 15, la circular 15 de Super Sociedades, donde aconseja cómo hacer un informe de sostenibilidad, estándares globales, y esto en el paso de cinco o diez años va a ser obligatorio y va a ser cada vez más complejo.


Todo esto para decir, las leyes cambian realidades, las leyes cada vez se ponen más exigentes y las empresas que no estén en esto se van a quedar por fuera del mercado, bien sea porque el consumidor no quiere comprarles, porque no están solucionando un problema social y ambiental, o porque básicamente no están cumpliendo las normas para poder operar el mercado en temas de sostenibilidad.



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  1. ¿Cómo ser parte del Sistema B y cuál es la diferencia con la figura BIC?

Liliana:


Haciendo un “zoom in” en empresas B o el Sistema B, ¿cuáles son las principales, digamos, hitos importantes de cómo ser una empresa B o cómo ser parte del Sistema B?


Camilo:


Lo primero es que los accionistas quieran que su empresa sea una herramienta de transformación social y ambiental.


Eso es lo más difícil. Y es lo más importante.


Una vez eso, yo le digo, es carpintería. La carpintería consiste en contestar la evaluación B, en pasar una serie de pruebas de que lo que estás diciendo ahí es verdad, verificar que todo esté correcto, tener un puntaje más de 80 puntos, hacer el cambio de estatutos. Esa es la carpintería.


Pero volviendo al primer punto, lo más importante es que los accionistas digan, oiga, en esta empresa el éxito se mide más allá de lo financiero y podemos tener un impacto con nuestros clientes, con nuestros proveedores, con nuestros colaboradores, el impacto en la persona que se beneficia de nuestro producto y construir una mejor sociedad y dejar un mejor planeta a través de la empresa es lo más difícil, lo más importante de ser empresaria B.


Juan Carlos:


Camilo, un tema que hay que tratar, hay que tocar, es ese tema en el que hay empresas que realmente son sostenibles o están caminando de manera muy comprometida hacia la sostenibilidad y se convierten en sociedades de beneficio de interés colectivo y hacen parte del Sistema B. Y hay otras que quieren parecer pero que en realidad no lo son. Sin embargo, también son sociedades de beneficio de interés colectivo y se visten de empresas muy responsables sosteniblemente. Y por supuesto que no vamos a entrar a tocar casos particulares, pero el “greenwash” ha sido y será un desafío muy grande para poderle mandar mensajes claros a los grupos de interés.


¿Cómo abordar ese tema del “greenwash” y que no utilicen esas certificaciones o esos reconocimientos a menos de que sean realmente empresas con ese nivel de compromiso y de desempeño?


Camilo:


Es un gran desafío, Juan Carlos, porque la figura BIC es una figura gratuita, es una figura auto-reportada. Nadie está verificando nada. Parte de la buena intención y de la buena voluntad de las personas, de las empresas. Y sí ha habido un par de empresas que están siendo incoherentes. Que dicen una cosa pero hacen otra. Y eso ha de alguna forma perjudicado la imagen de la figura BIC.

Ahí, ¿nosotros qué podemos hacer?


Existe un mercado. Un mercado de personas críticas que tienen acceso a información en el dedo, en el celular. Entonces el “greenwashing” en algún momento fue una estrategia válida para engañar. Hoy en día es una estrategia que va en contra de la empresa. Y vemos miles de casos todos los días de empresas que son incoherentes y el mercado se lo cobra. Entonces, el “greenwashing” es una estrategia negativa para ellos.


Y acá me gustaría aclarar que una cosa es la figura BIC, que es auto-reportada, gratuita, pública, que está en Colombia, Ecuador, Perú, Uruguay, en Panamá está pendiente de la reglamentación y en España. Y otra cosa es la certificación B, donde sí verificamos que lo que se está haciendo sea correcto, que sí verificamos que haya una coherencia entre el modelo de negocio y lo que están los estatutos, donde verificamos el impacto. Y la posibilidad de “greenwashing” es nula.


Juan Carlos:


¿Qué otros sistemas de certificación de sostenibilidad conoces que estén siendo aplicados en Colombia o que no hayan llegado a Colombia pero que estén haciendo su camino para llegar?


Camilo:


Juan Carlos, te cuento: no hay nada similar a la certificación B en el mundo.

Porque es una certificación holística. Mira procesos, mira modelos de negocio, pero mira además la filosofía de los accionistas y cómo esa filosofía pasa a la acción. Eso no existe. Hay muchas certificaciones de carbono neutralidad, de economía circular, pero son procesos.


Ahora, aclarando eso, somos parte de algo mucho más grande y es muchos movimientos, organizaciones que están soñando un mundo distinto. Que estamos desde la empresa nosotros, pero hay gente que lo hace desde el individuo. Hay muchas posibilidades. Y somos un granito de arena en una playa de mucha gente que quiere un cambio. Entonces, somos únicos en lo específico de Sistema B, pero somos parte de algo mucho más grande y es un movimiento de gente que cree en un mundo mejor.


Liliana:


Y ese sello, digamos que ahora relacionándolo con lo que hablábamos anteriormente, hay grandes empresas o hay muchas empresas que son de un tamaño considerable que lo tienen. Sin embargo, hay muchas que tú decías que son 80, 85 % de empresas pequeñas que no tienen el sello o no tienen esa posibilidad todavía de unirse al Sistema B. ¿Cómo, entonces, un consumidor final puede detectar esa diferencia?


Camilo:


Existe la figura jurídica BIC, que es gratuita, que es un primer paso, que tiene todos los peros que veíamos ahorita, que es auto reportada, que hay una posibilidad de “greenwashing”, pero puede dar luces de alguna forma al consumidor y a esta asimetría de información.


La invitación nuestra es a un nivel de conciencia distinto por parte de los empresarios y a contarlo, a contar sus historias, a mostrarle a sus colaboradores, a sus clientes, a sus inversionistas que están haciendo las cosas distintas.


El nivel de conciencia está cambiando. Obviamente recomendamos la certificación B, que es lo que nos da garantía y tranquilidad de este tema, pero si no es posible, la invitación es actuar como una empresa B y contar, contar que están en el camino de ser B, contar que adoptaron la figura BIC, contar hablar con sus públicos de interés es importante y sobre todo contar cuál es su impacto social ambiental. Esa es mi recomendación para aquellos que quieren empezar a transitar y todavía ven muy lejano el tema de la certificación B.


Liliana:


Es actuar como, si fuera una B, que está dentro del marco de la BIC también.


  1. ¿Cómo pueden las empresas educar e inspirar a sus grupos de interés sobre sostenibilidad?

Juan Carlos:


Cuando uno entra al Sistema B y cuando uno entra al mundo de la sostenibilidad se encuentra con una gran cantidad de información, de iniciativas, de conceptos, de procesos. Pero tal vez estamos esperando todavía mucho tiempo para permear la educación. ¿Cómo lograr que esto llegue más allá? ¿Cómo hacemos para llevar esto al sistema educativo?


Camilo:


Claro, tenemos empresas B trabajando en el tema, que son colegios, que son universidades que están enseñando estos temas desde temprana edad. Tenemos desde el Sistema B un compromiso con generar material para estas organizaciones. Entonces, tenemos una página que se llama “B Academics”, donde hay tesis de maestría, de doctorado… Tenemos empresas B trabajando temas de habilidades blandas con los pequeños de la sociedad, con niños. Nos falta mucho más, pero ya hay esfuerzos en ese tema.


Tenemos también desde el Sistema B los pódcasts, conversaciones B, historias B, donde queremos contar de forma sencilla de qué se trata el movimiento B, qué son las empresas B, qué están haciendo. Y es un esfuerzo conjunto nuestra invitación acá es a todos los que quieran unirse a contar, a enseñar esto en todos los distintos lugares del mundo, pues bienvenido.


Tenemos herramientas gratuitas disponibles en nuestra página web, redes sociales y ayudar a llevar esta filosofía a una escala que todavía nos falta mucho, pero creemos que es la correcta.


Juan Carlos:


Camilo, mil gracias. Gracias por el tiempo que le dedicó a esta conversación, a este espacio de diálogo entre amigos, este espacio para compartir información y conocimiento. Pero sobre todo, gracias por dedicarle todos los días al trabajo por una sociedad más sostenible, ambiental, social y económicamente.


Camilo:


A ustedes gracias por este espacio y no, siempre la orden.



Conclusiones sobre esta conversación

Juan Carlos:


Liliana, qué buena conversación la que tuvimos con Camilo Ramírez, qué buen invitado.


Liliana:


Así es, espectacular. Muchas cosas interesantes de esa conversación. ¿A sumercé qué le llamó más la atención?


Juan Carlos:


Pues, definitivamente, ver cómo un sistema de empresas al interior del sistema empresarial global comienza a generar tendencias de cambio, a definir estándares, a invitar a compartir patrones de comportamiento frente a la responsabilidad social y ambiental y a los lineamientos de gobernanza que deben seguir las empresas para abordar el futuro.


Liliana:


Interesante eso y además no solo, digamos, los estándares y todos los modelos de negocio, procesos y filosofía, sino como que la invitación que hace Camilo de actuar como empresa B, en algún momento las BIC, digamos, como una posibilidad. Hay, digamos, esta opción de poder tener esos lineamientos con miras a un éxito más allá de lo financiero.


Juan Carlos:


No hay que tener la certificación B para ser una empresa B. No hay que tener la certificación para comportarse como una empresa con altos estándares de gestión social, ambiental y de gobernanza. Además, me llamó la atención que el Sistema B no solamente está generando transformaciones al interior de su sistema empresarial y al interior del sistema empresarial global, sino que también está motivando cambios en la legislación de los países para invitar a los países, como pasó en Colombia con la Sociedad de Beneficio e Interés Colectivo, a adoptar estándares o a adoptar mecanismos que muevan la responsabilidad ambiental, social y de gobernanza de las empresas. Me parece que ese cabildeo o esa gestión para motivar la transformación de política pública en beneficio del sistema empresarial es muy valioso.


Liliana:


Y eso abre además todo el debate sobre el éxito, cómo se mide el éxito en una empresa. Entonces el éxito en una empresa al inicio, digamos, como él lo planteaba siempre era esta parte de, el punto de vista simplemente del encargo fiduciario, o sea, un propósito netamente financiero y de mercader. Y hoy en día, digamos, o con estas propuestas nuevas, y si se intervienen en políticas públicas y/o en estándares digamos internos de las empresas, esa misma sensación o interés o percepción de éxito se traslada a todos los ámbitos de la sostenibilidad.


Juan Carlos:


Se amplía la responsabilidad fiduciaria y explicaba Camilo como la responsabilidad fiduciaria era muy limitada a la responsabilidad con los accionistas o con los inversionistas en una empresa y hoy la responsabilidad fiduciaria de los directivos y de las personas que participan en las decisiones del día a día de las empresas tiene que ver con la forma en que la empresa se relaciona con otras personas, la forma en que la empresa se relaciona con los mercados, con las cadenas de suministros, con los reguladores y la forma en que las empresas se relacionan con el entorno físico y el medio ambiente. Es interesante ver cómo esa responsabilidad fiduciaria de las empresas ha venido creciendo, se ha venido ampliando y el comportamiento empresarial se ha venido transformando para mostrar una mayor responsabilidad frente al entorno social y ambiental.


Liliana:


Todo esto nos pone, digamos, con la punta en lanza para poder tener unos acercamientos a modelos de negocio y filosofías mucho más coherentes con nuestro papel, digamos, como empresarios, como individuos y como sociedad en el planeta.



Gracias por acompañarnos en este episodio de ASG PODS.


Esperamos que las historias y conocimientos compartidos hoy hayan sido de su interés y contribuyan a ampliar nuestra visión sobre la sostenibilidad en el ámbito empresarial.


Si desean seguir profundizando en estos temas, no duden en seguirnos y compartir este pódcast, ampliando así conversaciones que pueden marcar una diferencia en nuestra sociedad, medio ambiente y nuestras empresas.


¡Te esperamos en el próximo episodio para que sigamos creando juntos una conexión sostenible!


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